
El senador y jefe del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo, explica que “los derechos de la oposición son para organizaciones políticas con personería jurídica”. No reconocerá a Petro como jefe de la oposición y critica el matoneo de las “barras bravas del petrismo” en las redes sociales.
¿Es correcto decir que el jefe de la oposición en Colombia será Gustavo Petro por el número de votos que obtuvo?
No. La norma del estatuto de la oposición lo que dice es que cada partido, como partido, el que quiera hacerlo, se declara en oposición, y cada uno tendrá su propio vocero. Habrá situaciones y temas en los que quienes estemos en la oposición tendremos que buscar acuerdos. Por ejemplo, en el tema de las mesas directivas. O compartiremos posiciones en un proyecto de ley o en un debate de control político o en temas, pero eso no significa que vaya a haber siempre una oposición homogénea, sin diferencias o matices.
¿Y si Petro empieza a ejercitar su ego, considerando que los 8 millones y pico de votos que obtuvo le servirán para coronarse como jefe de la oposición, como manejarán el tema?
Soy optimista en que tendremos la madurez suficiente para entender cuáles son las realidades y los límites de esas realidades. Tal vez era Fajardo el que decía que las cosas se hacen con los que quieren estar. Entonces habrá momentos en que todos queramos estar en algo, pero habrá otros momentos en que no.
Ayúdeme a hacer el mapa de cómo quedarían distribuidas las fuerzas entre gobierno y oposición. Gobiernistas en Senado se calcula que habrá 68. Centro Democrático con 18 escaños, Cambio Radical con 16, Partido Conservador con 14, Partido Liberal con 14, Partido Mira con 3, Movimiento Colombia Justa Libre con 3. Pero hay quienes dicen que algunos de ‘la U’, algunos conservadores y algunos de Cambio Radical tampoco estarían de entrada en la coalición de gobierno….
Y a los gobiernistas podría sumársele uno de la ASI, que se eligió con la lista de los “decentes”, que hechos ciertos dicen que votó con Duque.
Ahora, suponiendo que de pronto a los ‘verdes’ les dé por declararse independientes, la oposición tendría solo 17 senadores: 5 del Polo, 5 de las Farc, 1 del Mais, 1 de Aico y los 4 de Petro, 5 con él.
Pero ojo, para efectos legales en el Congreso, no existe la lista de coalición de la ‘Decencia’ de Petro, aunque políticamente pueda ser otra cosa. Ese fue uno de los cambios que le hizo a la ley la Corte Constitucional. Los derechos de la oposición en el Congreso, según el estatuto, son para organizaciones políticas con personería jurídica y representación parlamentaria, y las coaliciones no otorgan personería jurídica. Entonces no sabemos en nombre de quién, legalmente hablando, actuarán Petro y Ángela Robledo.
¿Se podrían arrimar a alguno de los tres partidos de la coalición de los ‘decentes’?
Hay un vacío de la norma que tendrá que aclararse.
¿A usted cuántos senadores le dan en la oposición?
Si se cuentan los ‘verdes’, que son 10 y 5 del Polo, van 15. De la ‘Decencia’ más Petro, 5, y si se suman 5 de las Farc, aunque no los he oído hablar al respecto, dan 25.
Los derechos de la oposición en el Congreso, según el estatuto, son para organizaciones políticas con personería jurídica y representación parlamentaria
Es importante que el lector entienda que estas cuentas le van a dar una dinámica totalmente diferente al ejercicio de la oposición. Tendrá nuevos derechos…
Sí. Según la ley, la oposición se declara por partidos, luego son las elecciones de Congreso las que definen los opositores en Senado y en Cámara.
¿Usted, senador Robledo, va a aceptar a Gustavo Petro como el jefe o el vocero de la oposición?
Repito, en la ley no existe la figura de jefe de la oposición. En lo que al Polo respecta, tendrá su vocero. Y, probablemente, lo mismo harán los demás partidos que se declaren en la oposición. Además, los derechos de cada senador son iguales entre sí, al igual que los de cada vocero de cada partido.
Los partidos de oposición tendrán al menos 30 minutos mensuales, no solo en los medios de comunicación del Estado sino en los que hacen uso del espectro electromagnético en televisión y en radio. Es decir, en todos. ¿Cómo piensa que se repartirán esos 30 minutos entre la oposición?
La distribución es por partidos. Ese tiempo habrá que repartirlo aplicando algunos criterios. Podrían hacerse turnadas o con tiempos compartidos. Hasta donde entiendo, tenemos libertad para organizar ese tema.
La oposición tendrá también 20 minutos en los medios luego de que hable el presidente en la instalación del Congreso. También se los tienen que repartir. ¿O ponerse de acuerdo a ver quién es el que habla, por ejemplo, para que sea Petro?
O yo… (Risas) O repartirnos el tiempo.
Dice el estatuto que, de no ser posible construir acuerdo entre las organizaciones declaradas en oposición, el tiempo será distribuido proporcionalmente con su representación en el Congreso…
Así es. Uno X, otro Z, cada uno según su porcentaje de elegidos y los acuerdos que se hagan.
La oposición también podrá dirigirse al país en las siguientes 48 horas, cuando el presidente haga sus alocuciones oficiales, en los mismos medios que las transmitan, con igual tiempo y horario, con un límite de tres veces al año.
Y ahí pasa lo mismo. De alguna manera nos vamos a encontrar para ponernos de acuerdo sobre los tiempos, al igual que en la participación en las mesas directivas.
¿El Polo y ‘verdes’, que estuvieron en la coalición con Fajardo, actuarán unidos como oposición?
La Coalición Colombia se mantiene. Pero los ‘verdes’ tendrán sus voceros y el Polo los suyos. Y seguro que, además de las coincidencias, va a haber matices y hasta desacuerdos, porque son proyectos distintos que tramitaremos con cordialidad.
La coalición de Jorge E. Robledo, Claudia López y Sergio Fajardo trabajó unida para buscar la Presidencia en las pasadas elecciones.
¿Y qué va a pasar con Sergio Fajardo?
En los últimos días lo he visto hablando del año 2022. Y con una parte de los ‘verdes’; hay gente de Fajardo en la Cámara y el Senado.
¿La Coalición Colombia también se mantendrá para las elecciones de alcaldes y gobernadores?
Lo que hemos conversado es que vamos a estar muy activos como Coalición Colombia en 2019. Pero también es seguro que habrá acuerdos con otros sectores declarados en oposición, según las particularidades. Por ejemplo, en las pasadas elecciones al Congreso no pudimos unificarnos en Senado, que hubiera sido ideal. Pero hubo 10 Cámaras de Representantes en que la lista fue unificada, Verde y Polo.
¿Si llega a haber un conflicto por la alcaldía de Bogotá, entre dos aspirantes ‘verdes’, que son Navarro Wolf y Claudia López, usted qué hace? ¿Sería el ‘VAR’ de esa situación?
(Risas) O podría haber una candidatura del Polo. Habría que mirar. Las relaciones en la Coalición Colombia son institucionales, y así toca tramitarlas. Pero es buena la idea de una candidatura en Bogotá que unifique.
¿Pero mantener la Coalición Colombia es con Fajardo o sin Fajardo?
Fajardo y Compromiso Ciudadano son parte clave del proyecto. Las diferencias las tramitaremos, y soy optimista en que no nos impedirán que el proyecto camine. Mire, la campaña presidencial del 2022 ya empezó. Eso en otros países puede que no sea así, pero es evidente que aquí en Colombia ya todo el mundo anda en campaña.
Ay, que cansancio… No hemos ni tramitado la derrota del mundial…
Duque ya está en eso, como todo el mundo. Y más con lo que pasó en estas elecciones, en las que se dejó ver que están cambiando las cosas, y que ya no es cierto, como antes, que se reunían tres y definían lo que querían.
Cambiando de tema, usted votó a favor del reglamento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) con los cambios que le introdujo la senadora Paloma?
El Polo votó sí al proyecto, pero no los dos artículos en litigio con el Centro Democrático. Exceptuando un par de leyes menores, hemos votado en todo el proceso de paz.
¿Y no es un poquito absurdo que el Presidente sancione la ley y luego la demande por inconstitucional?
Sí, eso parece incoherente, pero la demanda es solo a dos artículos. Empezó equivocándose Iván Duque y orientó mal a su gente, porque armó un pleito, en realidad, sin sentido. Primero, lo que pretenden es inconstitucional. Con una ley reglamentaria no puede cambiarse la Constitución. Segundo, porque es inconveniente. Eso no le sirve a nadie porque pone al país bajo la lupa de la Corte Penal Internacional. Y que no les suceda que si logran cambiar esa norma después de un año y medio, ya no haya ni policías ni soldados a quien aplicársela porque todos se hayan sometido a la JEP sin esas reformas (risas).
Lo de las pruebas de la JEP parece más lógico. ¿Cómo podría ser que tenga más capacidad probatoria que la Corte Suprema de Justicia sobre un trámite administrativo, como lo es la extradición?
No valía la pena ponerse en eso. En cambio, fíjese usted que hay un detalle que puede ser más interesante; lo dijo Paloma Valencia en su entrevista: por primera vez, el Centro Democrático votó leyes del proceso de paz. Eso no deja de ser llamativo. Este proceso puede tener mil cosas que uno puede discutirle, pero lo cierto es que desarmó a las Farc, y ese es el punto central. Así como nadie niega hoy que el Frente Nacional acabó con la violencia liberal-conservadora.
Me sorprende oírlo hablar bien del Frente Nacional…
Solo en ese aspecto… En todo lo demás fue terrible (risas). Pero hay que reconocer que logró ese fin.
¿Usted estaría de acuerdo en que este gobierno, de despedida, pacte con el Eln un cese del fuego bilateral, sin que se comprometa a no volver a secuestrar?
No conozco los detalles, pero sí hago votos porque el Eln y el Gobierno logren un acuerdo, para que quede un camino recorrido. Sería una excelente noticia el fin de esa contienda, así no se acaben todos los problemas de Colombia. Los procesos de paz no resuelven todo, pero sirven. Imagínese que tuvimos que padecer al doctor Santos hasta el 7 de agosto… (Risas) Lo pongo como un ejemplo…
Por último, ha sido evidente que las redes sociales, en estas elecciones y con posterioridad a ellas, han estado más duras y agitadas que nunca. ¿A qué cree que se deba?
Es evidente que a las barras bravas petristas, pero fíjese que preciso, “las barras bravas”, porque hay gente que no está en eso, han asumido una actitud de una agresividad inaceptable. Por ejemplo, pero les pasa a otros, si opino sobre política me matonean incluso con mentiras y canalladas. Si felicito a la Selección Colombia, también me agreden porque… voté en blanco. Y si opino sobre México, también me caen con toda, con un cierto tono fascistoide; lo digo porque lo que buscan es meter miedo, silenciar al que no es como ellos.
Le doy un consejo, que yo lo practico: No salga en las redes…
No, esto toca manejarlo con tranquilidad y sin abandonar el espacio. Lo que me preocupa es que no se puede construir democracia si no hay una mínima actitud democrática. Cuando se intenta silenciar al contradictor, ya no tiene nada que ver con la democracia. Y no veo a quienes siguen esas barras bravas diciéndoles que no deben actuar así. Yo sí les digo a mis amigos que no actúen de esa manera, bajo ninguna consideración.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO
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