Taganga es un pueblo olvidado, tanto que las autoridades brillan por su ausencia y no se dedican a lo que realmente necesitan sus habitantes. ¿A qué nos referimos? Hoy en día podría decirse que en este corregimiento existe una plaga que por muchos años ha venido agarrando auge, como lo es el “turismo sexual infantil”, donde niñas entre 14 y 17 años son explotadas con el fin de satisfacer las necesidades sexuales de los extranjeros que visitan este lugar.
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Hemos visto con preocupación cómo representantes políticos usan a los tagangueros por un lado para politiquería y por el otro para hacer campaña y ganar votos haciéndoles creer que están en la búsqueda de las soluciones a sus principales problemáticas. Casos evidentes como el señor Jorge Prieto que se aprovecha de su investidura y lograr su reelección en el Senado y los representantes de la Veeduría Ciudadana quienes buscan intereses a favor y no para el colectivo.
Mientras lastimosamente en cada rincón de este pueblo de pescadores es más evidente el comercio sexual, a través de red internacional de trata de personas, en especial de niñas, que operan aún bajo la fachada de oficinas de turismo.
Por lo anterior expuesto, es importante destacar que aquellos que creen que este pueblo, una herencia directa de los indígenas Tayrona, dejará a un lado la cultura de pesca por inversiones económicas, están equivocados porque la mayoría de los turistas visitan a Taganga por la fama de encontrar menores para complacencia sexual.
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