Los tres vehículos para el traslado de pacientes están varados, dos en el patio, uno en un taller y los enfermos son remitidos en taxis. El centro asistencial además adeuda $1.046 millones por servicio de agua potable. Procuraduría suspendió a la gerente, Isauri Hernández.
La ‘tapa de la olla’ en el hospital San Jerónimo de Montería es que se quedó sin las tres ambulancias con que cuenta porque están averiadas, dos en el patio del centro asistencial y una en un taller de mecánica, mientras que los pacientes deben ser remitidos en taxis y en casos de extremo cuidado esperar vehículos medicalizados que son arrendados.
Este último caso ocurrió con la remisión el pasado miércoles por la noche, de un menor de diez años que había sido trasladado desde Montelíbano luego de ser impactado con un proyectil en la cabeza, en medio del intento de homicidio contra un hombre en el barrio el 50 de esa localidad.
“Los médicos de planta y de urgencia debieron reunir entre todos 50 mil pesos, a eso de las 2.00 a. m., para que una ambulancia privada trasladara al pequeño a la Unidad de Cuidados Intensivos de otra clínica de Montería, porque sencillamente las ambulancias del San Jerónimo están varadas”, narró una enfermera que presenció el drama y quien se abstuvo de revelar su nombre por represalias a ser expulsada, como ha pasado con cerca de 150 empleados de octubre a diciembre.
La tragedia que se engrandeció por la falta de ambulancia entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves fue además corroborada por un familiar del pequeño, quien agregó que la espera tardó más de una hora, mientras el niño requería con urgencia una cama en UCI.
“Para la honra de Dios el niño ha evolucionado favorablemente, pero tardamos mucho esperando una ambulancia, debo reconocer que los médicos se apresuraron y pudieron resolver con el vehículo de otra clínica”, sostuvo el familiar del pequeño.
En el hospital San Jerónimo de Montería está prohibido el ingreso de periodistas o trabajadores de los medios, al parecer por directriz de la gerente, Isauri Hernández, quien este viernes fue suspendida por tres meses tras un fallo de la Procuraduría, precisamente por haber despedido a 25 médicos el pasado 17 de diciembre, pese a que la Ley de Garantías se lo impedía.
“Los vigilantes se molestan porque esa es la orden, no dejar entrar periodistas”, señala la fuente desde el interior del centro hospitalario. Sin embargo, en un rápido recorrido por el interior del San Jerónimo EL HERALDO estableció que efectivamente cerca de la morgue donde llevan los cadáveres, está la otra morgue de ambulancias del hospital más importante de Córdoba.
A un costado de la urgencia permanece, sin dos de sus cuatro llantas, el vehículo tipo vans, de placas OQE 105, con defectos de suspensión y otros detalles mecánicos; mientras que en el patio contiguo permanece el de placas OQE 132, que requiere que le reparen el motor; y en un taller de Montería está desde hace varios meses la ambulancia de placas OQE 170.
“La falta de las ambulancias es lamentable, se contaba con una de las tres, se sabía que estaba en mal estado mecánico y lo sabía la administración del hospital, pero no se buscó la forma de recuperarla antes que se terminara de dañar. Lo cierto es que el centro hospitalario no cuenta con una sola ambulancia, incluso, mandan a los pacientes en carros particulares y en taxis”, sostiene la presidenta del sindicato del San Jerónimo, Diana Morelos.
EL HERALDO conoció que el tema de los traslados indebidos de pacientes engrosa el listado de quejas en la Asociación de Usuarios del hospital. Seguramente también fue conocido por la comisión de la Procuraduría que esta semana estuvo revisando detalladamente aspectos administrativos.
“Si hablas te vas”
Esa parece ser la frase que atemoriza a los trabajadores que quedan en el hospital de Montería, y que gana fuerza con el reciente despido masivo de 25 médicos entre generales y especialistas, a través del acuerdo 06 del 17 de diciembre pasado.
Entre los desempleados está el presidente de la Asociación de Médicos Especialistas de Córdoba, Jorge Ordosgoitia Santana, ginecólogo, quien desde hace cerca de dos años ha liderado un proceso de lucha contra las presuntas irregularidades que estarían ocurriendo al interior del San Jerónimo.
“Qué atropello y cuánta equivocación pretender socavar la fuerza de nuestras convicciones utilizando el amedrentamiento, la infamia… Es una falacia negar que el San Jerónimo agoniza en manos de una caterva de funcionarios inescrupulosos, irresponsables y mitómanos, quienes sostienen y afirman, sin recato alguno, que todo funciona de manera normal y sin contratiempo: ¡Cuanta mentira! Y ¡Cuanta inconsistencia junta!, cuando es de conocimiento público, y en gran medida por nuestras denuncias, que existen graves falencias en el suministro de drogas, equipos y demás insumos médicos necesarios y suficientes para la atención oportuna y eficaz de los pacientes”, sostiene el médico Ordosgoitia en una carta que hizo pública en redes y que escribió después de quedar desempleado.
El despido de los 25 profesionales de la salud motivó que la Procuraduría General de la Nación abriera la investigación disciplinaria que derivó en las últimas horas a la suspensión de la gerente del hospital, Isauri Hernández.
El organismo de control advierte que se modificó la planta de personal de la ESE, pese a la vigencia para esa fecha de la Ley de Garantías, que recalca sobre la prohibición de ese tipo de decisiones dentro de los cuatro meses anteriores a elecciones a Congreso.
Varias veces se llamó a la suspendida gerente del hospital San Jerónimo, Isauri Hernández, para conocer su posición frente a la falta de ambulancias y otras quejas de tipo administrativo, pero su teléfono celular no timbró.
Los desempleados
Previo al despido de los 25 médicos en diciembre pasado en el hospital de Montería también fueron despedidos en octubre unos 120 empleados más, entre administrativos, enfermeras, facturación y servicios generales, hoy remplazados, según el sindicato por personas sin experiencia.
“La gerente ha traído personas sin experiencia laboral, procedentes de San Pelayo y parte del municipio de Cotorra”, explica la presidenta del sindicato, Diana Morelos.
Teresa Hoyos, enfermera de 57 años, es una de las personas que desde octubre quedó sin empleo en el San Jerónimo, donde llevaba laborando poco más de una década a través de contratos de prestación de servicio.
Salió sin liquidación y desde entonces vive del pequeño salario que se gana uno de sus cuatro hijos como auxiliar de farmacia. Los 800 mil pesos que entran al hogar de Teresa por el empleo de su hijo deben alcanzar para comida, servicios y medicinas.
“Estoy sin empleo desde octubre, prácticamente soy madre cabeza de hogar porque mi esposo padece un cáncer, este drama parece no acabar después que me expulsaron del hospital”, señala la enfermera en un barrio del sector occidental de Montería.
Mora de $1.046 millones en agua
El hospital San Jerónimo de Montería es el centro asistencial de mayor importancia en Córdoba, debido a que presta sus servicio también a la población vecina de Sucre, del norte de Antioquia, del Chocó y del Urabá.
En medio de la crisis administrativa adeuda 12 meses del servicio de agua a la concesionaria Proactiva, que suman $1.046 millones, lo que derivó en una queja disciplinaria de la gerente de la entidad, Judith Buelvas, ante la Procuraduría Provincial de Montería.
Fuente: elheraldo.co