El desfalco por 50 mil millones de pesos a la salud de Córdoba, en el que se pagaron medicinas a pacientes con hemofilia que no existían, tiene al gobernador de ese departamento, Edwin Besaile, y su antecesor, Alejandro Lyons, en una batalla de acusaciones de corrupción.
El terreno en el que se baten son los estrados en donde la Fiscalía dirimirá cuál de los dos fue el culpable de que se perdiera más dinero en este escándalo conocido como el “cartel de la hemofilia”.
Mientras que Besaile tiene la negociación de Lyons congelada por considerar que no está reparando a sus víctimas, Lyons contraatacó acusando a Besaile de haber complotado con él para consumar el robo.
Sin embargo, antes de estar enfrentados, ambos hacían parte del complejo entramado político que se tejió hace seis años y hoy domina a Córdoba.
Con el declive de la casa política de Juan Manuel López Cabrales, tras la condena en su contra por parapolítica, al poder se encumbró el grupo de Sahagún, un poblado de donde son oriundas las dos familias con mayor poder electoral en los últimos años: los Elías y los Besaile.
Apadrinado por los senadores de la U Musa Besaile y Bernardo Elías -de quien de paso es cuñado-, Lyons pasó de ser un abogado desconocido en la región a ganarle por 60 mil votos a la ficha de la casa López Cabrales, Víctor Olaya, también con el escudo del partido del gobierno.
Sin embargo, este matrimonio político duró hasta mediados del año pasado, cuando estalló el escándalo del llamado “cártel de la toga”.
Fue en ese momento, cuando el exfiscal anticorrupción Gustavo Moreno intentó sacarle playa a Lyons, cuando el país conoció el dossier del exmandatario cordobés.
El de la hemofilia no es el único que lo tiene como protagonista, pues también está acusado del desfalco de 30 mil millones de pesos a los rescursos de las regalías para proyectos de ciencia, tecnología e innovación en esa región.
Fuente: elcolombiano.com