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«La peor pesadilla es que el público se ría de tu película»

Apunto de cumplir 40 años, James Franco vendría a ser una especie de hombre renacentista del siglo XXI. Además de actor, director, escritor y pintor, el californiano ha añadido su faceta de cantante y compositor. Con su productora, Ramona Films, produce y distribuye películas como The disaster artist, producida, dirigida e interpretada por él mismo. El filme se basa en la vida de Greg y Tommy Wiseau, autores de The room, considerada la mejor-peor película de la historia y convertida hoy, 15 años después de su catastrófico estreno, en obra de culto. The disaster artist llegó ayer a los cines tras haber ganado la Concha de Oro en San Sebastián y ser nominada al Globo de Oro en categoría de comedia.

-¿Conocía la historia de Tommy Wiseau antes de meterse en este proyecto?

-No sabía mucho. Alguien me habló de The disaster artist, el libro que habían escrito el actor Greg Sestero y el periodista Tom Bissell sobre él, y me picó la curiosidad. Más tarde vi The room, lo más bizarro que he visto en el cine, y empecé a sentir simpatía por este tipo, que trabajó mucho para contar su historia personal, pero la película era tan mala que provocó la risa en todos.

-¿Qué es lo que le animó a contar su historia?

-Me enamoró la historia de estos dos amigos y su peculiar amistad. Greg y Tommy no son como otras personas, sobre todo Tommy; no creo que haya nadie como él en nuestro planeta. Lo que he tratado de hacer con esta película no es reírme de Tommy, sino convertirlo en un personaje con el que el público pueda simpatizar. Un hombre que piensa ser un artista, aunque en realidad no lo sea.

-¿En qué películas se inspiró?

-Tenía muchas en mente, pero las que me sirvieron de inspiración son Boogie nights y Ed Wood. Tratan de cineastas muy malos, a los que les falta la perspectiva de sí mismos, pero que ven en el cine su tabla de salvación y por eso el espectador siente cierta empatía hacia ellos.

-¿Se identificó con él en algo, cuando leyó el libro?

-Sí, me di cuenta de que en cierto punto de nuestras vidas nuestros caminos se cruzaron, seguramente en alguna audición. Lo cual demuestra que superficialmente puede parecer una historia muy rara, pero en el fondo es la historia normal de cualquier aspirante a actor que llega a Hollywood en busca de un sueño, convertirse en estrella.

-¿Recuerda cual fue el mayor de sus desastres artísticos?

-Perfectamente, fue mi presentación de la gala de los Oscar. No es que me fuera la vida en ello, como le sucede a Tommy, pero me lo pidieron y no supe decir no. El resultado ya lo conocemos (ríe). No fue la mejor de mis noches. De hecho fue muy duro para mí. Por eso entiendo a Tommy cuando está en el hall del cine donde están pasando su película y oye al público reír a carcajadas de un trabajo que él había hecho con la intención de que fuera serio. Esa es la peor de las pesadillas para un director.

-En los últimos 20 años no ha parado de trabajar en varios campos artísticos. ¿Dónde se ve dentro de diez años?

-Espero seguir trabajando pero de forma más esporádica.

DIARIOCORDOBA