Decíamos en un reportaje anterior que en las ciudades más habitadas hay un margen para aumentar la participación en las próximas elecciones autonómicas que puede ser clave en el resultado, pero también advertíamos de que aun así no será fácil multiplicar la movilización respecto del 2015 porque entonces ya se batió el récord en unos comicios al Parlament. Añadimos ahora otro factor que obligará a los partidos a estrujarse las meninges para conseguir que sus electores potenciales no se desmotiven y acaben depositando la papeleta en la urna: la incidencia de la movilidad en unas votaciones en día laborable.
El Gobierno central ha decretado que los trabajadores tengan un permiso retribuido para poder ir a votar el 21-D. Si el horario laboral coincide entre dos y cuatro horas con el de votación, el permiso será de dos horas. Si se solapa entre cuatro y seis horas, de tres horas, y si se superan las seis horas, los asalariados dispondrán de cuatro horas. No entraremos aquí a elucubrar sobre la cara que pueda poner algún jefe cuando el subordinado se lo plantee, sobre la posición en que quedan los autónomos o sobre la afectación en la intendencia familiar que puede tener que ese día no haya escuela.
9,1 millones de desplazamientos
El sondeo en cuestión indica que, sin contar los de los profesionales de la movilidad, en el AMB cada día laborable 2,7 millones personas de más de 16 años efectúan 9,1 millones de desplazamientos, con una media de 3,3 por persona. Dichos desplazamientos, además, tienen una duración media de 23 minutos (ojo, es la media), lo que quiere decir que los habitantes de esta zona emplean alrededor de una hora diaria en esa actividad, tirando por lo bajo.
DIARIOCORDOBA