En días pasados reapareció la polémica por algo que el Mintic ha dicho varias veces: que aplicaciones como Uber y Cabify son legales, no sólo porque la neutralidad de red —que plantea dar igual tratamiento a todos los contenidos que corren por internet— es un principio regente en Colombia, sino porque la economía digital es política. Incluso se creó el Viceministerio de Economía Digital.
Pero, en la práctica, ¿qué significa eso en el día a día del usuario de a pie? Asomóvil ¬el gremio que reúne a los operadores móviles Claro, Movistar y Tigo Une¬ acaba de publicar cifras sobre el comportamiento de los ciudadanos en relación con el uso de móviles y la navegación, las cuales arrojan algunas luces sobre cómo va el país en el camino de la economía digital. Los datos son el resultado de una encuesta de Datexco hecha a 1.900 personas en 13 ciudades del país. (Ver infografía al final).
Resaltan cifras como que cerca del 60 % de los consultados dice haber descargado alguna aplicación que ha mejorado su vida. Sin embargo, el panorama no es muy alentador en varios sentidos. Si bien el Mintic superó la meta de 27 millones de conexiones a internet de banda ancha en el país, preocupa, según Nancy Patricia Gutiérrez, presidenta de Asomóvil, que apenas 49 % de los colombianos tengan acceso a internet móvil. Pero, más aún, los mayores afectados son las personas de estratos bajos: mientras que apenas 22 % de los hogares de estrato 1 tienen internet, en los estratos 5 y 6 son casi el 80 %. (Lea: Colombia llegó a 28,7 millones de conexiones a internet).
De acuerdo con Gutiérrez, se tiene que impulsar una “política pública para que la gente acceda a las telecomunicaciones y que tenga la capacidad suficiente para que el uso de internet sea productivo”. El llamado tiene que ver con datos como que apenas el 37 % de las personas cree que el celular tiene relación con su productividad laboral y que la mayoría usa internet para la vida social (63 %). Sólo 20 % lo utiliza para trabajo o teletrabajo.
El gremio no desaprovechó la oportunidad para referirse a la crisis por la que atraviesa el sector: durante siete trimestres su crecimiento ha sido negativo. Gutiérrez dice que esto se explica por la tasa de cambio, que se mantiene elevada, y por la carga de obligaciones con el Estado que las empresas consideran excesivas y con obstáculo para seguir invirtiendo en innovación e infraestructura, vitales en el negocio de la tecnología y las telecomunicaciones. (Lea: Las angustias del sector TIC).
Replantear las contribuciones que los privados dan al Estado es precisamente uno de los puntos que abordó el Mintic en una reciente propuesta legislativa que ha recibido varias críticas. Para Gutiérrez, sin embargo, es necesario darle celeridad al trámite en el Congreso, pues aún no se ha designado a los ponentes. Resolver asuntos como el de las contraprestaciones y los tiempos de las concesiones está entre las “reglas de juego” que Asomóvil cree que deben aclararse antes de hacer la subasta de espectro que el Gobierno anunció para 2018. (Lea: Lupa al proyecto de ley que quiere un solo regulador para TIC y televisión).
ELESPECTADOR